téjete el cabello
Durante mis estudios del máster en Investigación y Creación Artística empecé a investigar sobre los pequeños rituales que hacían que me identificara como mujer. Entre ellos estaba todo lo que tenía que ver con el cuidado y embellecimiento de mi cabello. Empecé, entonces, a explorar su propia maleabilidad y a ver sus hebras como hilos que creaban objetos e historias. Como parte de mi deseo de hibridar la investigación artística y la práctica artística decidí trenzarme de distintas formas durante doce días. Me sostuve a la idea de que la experimentación corporal también creaba conocimiento. Cada día construía un peinado distinto que marcaba un tiempo determinado. Esos eran los minutos que gastaba en cambiar la forma de mi cabello antes de salir de casa. Esta performance busca enaltecer esos rituales de belleza, determinados socialmente como femeninos, frente a aquellos discursos que quieren ubicarlos dentro de lo insignificante, lo superfluo y lo diminuto.