Ya no uso rojo es un proyecto que reflexiona sobre la violencia que vivieron las mujeres durante el conflicto armado interno en Perú y su relación con el color rojo. Es un trabajo basado en el trauma y en la memoria de los distintos grupos, si es posible categorizarlas, de mujeres afectadas durante esos años (mujeres esterilizadas forzosamente, asociaciones de mujeres buscando a sus desaparecidos, mujeres ronderas, mujeres pertenecientes a Sendero Luminoso, mujeres asesinadas por alzar su voz, mujeres violentadas sexualmente, etc.). Está compuesto por dos piezas artísticas: Habla cuerpo, grita cuerpo, una serie de linóleos intervenidos con poesía basado en el archivo fotográfico del conflicto armado intento en Perú y el video arte Hincas como las espinas.

 

En cuanto a la serie de grabados, se ha usado de base el archivo fotográfico del libro Yuyanapaq: para recordar, de la revista Caretas y del archivo personal de fotógrafos y artistas que han trabajado sobre este tema tanto en el pasado como en el presente. Una vez hecha la selección de imágenes finales, he optado por enfocarme en las figuras femeninas que aparecen en ellas y, a través de la técnica del linóleo, las he llevado a un nuevo espacio, una hoja en blanco donde aparentemente ahora están solas. Sin embargo, estas mujeres están acompañadas de la voz de otras mujeres poetas como Victoria Guerrero, Roxana Crisólogo, Rocío Silva Santiesteban, entre otras que también reflexionan sobre las huellas de la guerra. Sus palabras aparecen escritas en lápiz a mano redondeando conteniendo, acompañando a las imágenes de las mujeres. Es así que, a través de esta serie, creo un nuevo archivo visual sobre el conflicto armado interno donde las mujeres están unidas, son vistas y escuchadas y son las protagonistas.

 

En cuanto al video arte, son un conjunto de video-performances donde aparezco vestida de rojo, delante de un fondo rojo, narrando el poema Ya no uso rojo porque me ciega mis ojos que escribí basado en testimonios de las víctimas que aparecen en las audiencias públicas, en películas y en libros de poesía, narrativa y ensayo. Comparto por aquí algunos fragmentos: “Ya no uso rojo porque es el color de las tunas que comíamos en Ayacucho / Ya no uso rojo porque era el color favorito de mi madre / Ya no uso rojo porque de niña me caí y me rompí un diente / Ya no uso rojo porque comía granada cuando vinieron / Ya no uso rojo porque dicen que es de terrorista / Ya no uso rojo porque estaba en tu nariz cuando estabas echado / Ya no uso rojo porque no pude remover las huellas / Ya no uso rojo porque mi cama es roja / Ya no uso rojo porque me invade / Ya no uso rojo porque siguen en las flores de retama / Ya no uso rojo porque están en los retablos / Ya no uso rojo porque ya no queda / Ya no uso rojo porque me cortaron el cabello / Ya no uso rojo porque en Lima hay muchos colores / Ya no uso rojo porque no puedo tejer”. La frase Ya no uso rojo, que también forma parte del título del proyecto, la tomo de una entrevista que realicé a Adelina Rojas de ANFASEP donde me contaba que, como consecuencia de la estigmatización que tenía el color rojo durante el conflicto armado interno, ya no usaba rojo. Un color tan importante en los textiles de la cultura andina. La repetición continua de esa frase alude a la utilización de mantras para calmar la mente; sin embargo, en este caso, tiene el efecto contrario: habla sobre el trauma y la imposibilidad de desprenderse de esa situación por todas las huellas que ha dejado. Sin embargo, el poder narrar las heridas genera una salida.